El antiguo local tiene la infraestructura deteriorada en techos y paredes que la ha convertido en inhabitable y peligroso para la integridad física de los agentes del orden. Debido a ello Wilmer Choñón, alcalde de Roma, solicitó a Casa Grande concederles en cesión de uso un local para que los policías continúen prestando sus servicios de seguridad en esta comunidad.
Explicó que los policías habían recibido órdenes de retirarse de la zona por el riesgo que constituía permanecer en un local con posibilidades de derrumbarse y, atendiendo a la gestión de la autoridad local, se procedió a concederles parte del ambiente que actualmente ocupa el personal de seguridad de la compañía.
Este nuevo local está ubicado en la Plaza de Armas de Roma, es seguro, está en buenas condiciones y es de fácil acceso. Tiene varias habitaciones, servicios higiénicos y jardines externos e internos.