HISTORIA

Los inicios de un gran sueño

Los cronistas españoles de la conquista relatan que el capitán Martín Bazán Heredia fue el primer propietario de las haciendas Casa Grande, Facalá y Mocollope. Sus herederos vendieron las tierras al alemán Luis Albrecht, quien creó Casa Grande Zuckerplantagen A.G. hacia 1860, empresa que operó con una fábrica moderna, llegando incluso a emitir una moneda propia para sus operaciones internas.

Agobiado por una penosa enfermedad y debido a la crisis económica desatada a raíz de la guerra con Chile, Albrecht puso en remate su empresa el 1 de agosto de 1888, siendo adquirida por su compatriota Juan Gildemeister, quien falleció en 1895. La empresa pasó a ser administrada por Enrique Gildemeister, experimentado negociante, que adquirió otras haciendas para ampliar su frontera agrícola.

En 1915 la industria azucarera experimentó un inusitado auge por los precios del mercado mundial a causa del impacto de la primera guerra mundial. Don Enrique compró el puerto Malabrigo, por donde realizó sus operaciones portuarias con el extranjero, y adquirió en 1927 la hacienda Roma, consolidando su supremacía territorial y económica en el valle de Chicama. Casa Grande se convirtió así en uno de los emporios agroindustriales más importantes del Perú.

Con la reforma agraria del gobierno militar en los años setenta, el complejo de Casa Grande pasó a manos de sus trabajadores asociados en cooperativas y sociedades agrícolas de interés social, con fuerte presencia del gobierno en el directorio y en el accionariado.

Antes de ser intervenida por el gobierno militar la hacienda Casa Grande era propietaria de grandes extensiones de tierras: tenía 107.717 hectáreas en la costa y 75.086 hectáreas en la sierra.

El 13 de marzo de 1996, después de los fallidos intentos de cambiar el modelo cooperativo, el gobierno promulga el D.L. 802, Ley de Saneamiento Económico Financiero de las Empresas Agroindustriales Azucareras. El 2 de julio de 1996, Casa Grande se acoge a dicha ley y decide cambiar su modelo social, convirtiéndose en una sociedad anónima. En marzo de 1998, culmina su proceso de transformación, pasando a ser una sociedad anónima abierta; es decir, que permite el ingreso de nuevos inversionistas.

Posteriormente, luego de reducir su extensión a 30 mil hectáreas, con menos de la mitad de ellas cultivadas, grandes deudas –principalmente laborales– y constantes conflictos sociales, la empresa fue adquirida por el Grupo Gloria a fines de enero del 2006.