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Es una empresa agrícola dedicada al cultivo de caña de azúcar desde la época colonial. Su administración está ubicada en el poblado de Chiquitoy, en la margen izquierda del fértil valle de Chicama, aguas abajo, a una legua de distancia del pueblo de Santiago de Cao.

Actualmente se viene trabajando con mucha eficiencia, como lo prueba el incremento de la producción, mejorando la calidad de vida de nuestra comunidad.

Producto de este esfuerzo Chiquitoy ha sido premiada por tres años consecutivos (2006, 2007 y 2008) como una de las mejores empresas peruanas dentro del sector agropecuario.

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Forjando una nueva sociedad

En sus orígenes fue una hacienda trujillana que se ha mantenido siempre en manos de peruanos. En 1868 impresionó tanto al sabio italiano Antonio Raimondi, que la mencionó en su libro El Perú como “notable por su hermosa casa lujosamente amoblada”, que conserva hasta hoy.

Hasta el siglo XVI, Chiquitoy fue un “pueblo de Indios” y los pocos que fueron quedando en la parcialidad terminaron reducidos al pueblo de Santiago de Cao. Aun en las primeras décadas del siglo XVII encontramos como personaje bastante destacado en el valle de Chicama a don Juan PayPaynamo, cacique principal del pueblo de Chiquitoy.

En 1654, la propietaria de la hacienda de Chiquitoy era María de Valverde, a quien heredó su hijo Valentín del Risco y Valverde, quien por el año 1689 era dueño de la hacienda Trapiche, nombrada Santo Domingo de Chiquitoy.

A su muerte, la propiedad pasó a manos de su hijo Valentín del Risco y Montejo, quien la vendió a su hijo Valentín del Risco y Alvarado. En 1763 producía siete mil arrobas de azúcar al año y 400 arrobas de aceite elaboradas con la cosecha de su extenso olivar.

Posteriormente, la única heredera de las haciendas Chiquitoy y Cartavio fue Josefa del Risco y Oyague, quien falleció soltera, habiendo nombrado como albacea y heredero de sus bienes a José Mercedes Vigo, arcediano de la Santa Iglesia Catedral.

En mayo de 1857 el prócer lambayecano de la independencia, Juan Manuel Iturregui y Aguilarte, compró la hacienda Chiquitoy. En 1872, un año después de su fallecimiento, su viuda la dio en arrendamiento a los hermanos Andrés y Rafael Larco Bruno, quienes construyeron la fábrica azucarera y una destilería de alcohol.

En 1901 Víctor Larco Herrera tomó las riendas de la Negociación Azucarera Chiquitoy, construyendo la línea férrea que unía su ingenio con el puerto de Huanchaco, al que dotó de un muelle para el embarque de sus productos. A consecuencia de la huelga de 1912 fue clausurada la fábrica de Chiquitoy.

En 1916 Susana de Orbegoso viuda de Iturregui arrendó la hacienda a su hermano Luis José de Orbegoso y González, quien con la ayuda de sus dos hijos mayores fundó la Negociación Agrícola Chiquitoy, engrandeciendo la hacienda y aumentando sus cañaverales a más de dos mil hectáreas.

A la muerte de doña Susana, en 1959, heredó la hacienda su hija Susana Iturregui y Orbegoso, condesa de Potocki, quien mantuvo la propiedad hasta su expropiación por la Ley de Reforma Agraria.

Luego de que las tierras pasaran a formar parte de un régimen cooperativo y de su transformación en sociedad anónima, en 1999 el grupo Rubini adquirió el 85% del accionariado, el que a la fecha se encuentra íntegramente en las manos de Cartavio S.A. y FODINSA, accionistas que en la actualidad vienen administrando la empresa.

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